


SOBRE MÍ.....
Mis primeros coletazos artísticos me llevan a la casa familiar en Granada, cuando mi pasatiempo favorito era memorizar canciones y luego representarlas ante los míos con mucho morro y ningún pudor. Por el contrario, recuerdo mi adolescencia contemplando embobado a los actores y actrices de la televisión y siempre escuchando música con mi walkman. Unos años donde la timidez arrasó con toda mi espontaneidad volviéndome un chaval reservado, estudioso y con la mirada muy abierta, analizándolo todo. Seguramente toda esa introspección me convirtió en el hombre que soy hoy.
La curiosidad ( y la cercanía también ) me llevaron a matricularme en la Facultad de Derecho de mi ciudad, terminando los estudios entre los apuntes de Derecho Civil y Constitucional por un lado, y por otro, las obras de Jardiel Poncela, los hermanos Álvarez Quintero y Aristófanes; ya que durante mis últimos años universitarios simultaneé mis estudios con grupos amateurs de teatro y cursos de interpretación que desempolvaron ese niño con tanto morro que pedía la vez, deseando salir de nuevo.
Así que viajé a Madrid decidido a averiguar si mi inquietud artística era algo más que un hobbie... ¿un estilo de vida quizás?.
A las pocas semanas descubrí que no era algo temporal, empecé a amar mi nueva ciudad y al volcarme en la escuela descubrí aspectos sobre mí que nunca antes hubiera imaginado. Mi enganche era ya inevitable a esas alturas. Mis padres, pobres, suspiraron porque sus peores temores se estaban haciendo realidad: pensaban que "la tontería" me duraría unos meses y volvería a Granada a opositar. Nunca he vuelto al mundo del derecho, ni siquiera para interpretar a un abogado (algo que estoy deseando hacer).
Me casé con Madrid y con mi vocación allá por el año 2001, arrancando década y nueva vida. Un matrimonio que me ha dado muchas alegrías y en el cual he aprendido de grandes maestros, conocido a estupend@s compañer@s, trabajado en algunos de los Teatros más espectaculares de España y parte del extranjero, he encarnado más pieles de las que nunca hubiera imaginado y me he dejado mi alma en cada personaje cediendo mi cuerpo y mi voz como vehículo para contar su historia.
Un lujo y un privilegio hecho realidad.
Gracias a tod@s l@s cómplices que me acompañan en este maravilloso viaje.
Seguimos.